miércoles, 2 de diciembre de 2015

Alianza se Cómics & Histarietas & Guinista...Juan Medina ...su creador administrador

Durante la década de 1980 aparecerían, en las pá- ginas de la revista infantil Meridianito, las aventuras de El Guardián de Juan Medina, historia ambientada en la Caracas del siglo xxi (figura 4). El Guardián, además de ser un medio didáctico para enseñar al lector sobre astronomía, geología y otras ciencias en general, luchaba contra las amenazas extraterrestres de Dar Krimen, quien intentaba conquistar el postapocalíptico “Valle de los Desesperados”. En los encabezados de cada aventura se apreciaba una vista general de la ciudad, dominada por las torres del Parque Central, el Centro “Simón Bolí- var”, el edificio de La Previsora y con El Ávila como telón de fondo, todos hitos de la imagen urbana de la ciudad capital. Entre 1992 y 1993 fue creado El Patriota de Omar Cruz (figura 5), también autor de El Ranchito (1989- 2003), personaje del populoso sector de Catia, uno de los barrios más pobres de Caracas, que representa a un superhéroe indestructible que combatía las fuerzas oscuras de la oligarquía, armado sólo con un bate de béisbol (en referencia al beisbolista venezolano Andrés Galárraga) y vestido con mallas, capa, playera ajustada sin mangas y una máscara que sólo deja ver la barbilla. El personaje hace justicia por propia mano, pues en la historieta está por encima de las autoridades responsables de impartir justicia (Sánchez 2004). Como cualquier típico hé- roe del arte secuencial, posee un alter ego a fin de ocultar su identidad real: técnico en computación que decidió tomar la justicia en sus manos a raíz del asesinato de su esposa e hijo durante un asalto a mano armada. Con la llegada del nuevo milenio aparecerían otros personajes como La Yuleizi de Jesús Torrealba, una nueva especie de heroína urbana latinoamericana sin súper poderes ni antifaz, estereotipo de las chicas venezolanas de bajos recursos, “una amazona a tiempo completo y como tal pelea con rateros, huelepegas, sádicos, gozones, piedreros,… e incluso policías matraqueros” (Torrealba 2005, pp. 23-24). Esto marca un cambio profundo en el perfil de los villanos, pues ya no son las amenazas extraterrestres con súper poderes ni el crimen organizado, sino una representación de los peligros a que se enfrentan día a día los ciudadanos, y de los héroes de la ciudad, personas comunes y corrientes como cualquier caraqueño más. Merece particular atención la presentación de la heroína Yuleizi (figura 6), en la cual se puede ver al fondo la Torre La Previsora y El Ávila con su inconfundible Hotel Humboldt. Cabe señalar, que según cifras del Instituto de Investigaciones de Convivencia y Seguridad Ciudadana (Incosec), en 2009 se reportaron en